Gracias al amor que siente don Jahir por su territorio, ama igualmente a las especies y deseo tenerlos cerca sin mantenerlos cautivos, por eso decidió ingeniar un mecanismo para que ellos visitaran su finca la Legua sin necesidad de enjaularlos. Sustituir los troncos de yarumo por otro material, dado que, es apetecido por el pájaro carpintero y ha dañado algunas torres.   El hábitat para aves está construido con materiales propios de la zona, como guaduas, troncos de yarumo y algunas láminas. Estas estructuras se elevan a 7 metros de altura, utilizando la guadua como base principal, sobre la cual se asegura el tronco de yarumo. Gracias a su forma cóncava, el tronco resulta ideal como refugio para pequeñas aves, como los loros que habitan en la región. Algunas de estas torres incluyen techos decorativos de lámina, añadiendo un  toque pintoresco al hábitat diseñado especialmente para los loros.